Luciano, o "el Loco Chumán", como le conocen los vecinos, es un entrañable viejecito que deambula por las calles de Ferreñafe (Perú). Hace años que vive en la calle: sus uñas están largas, su pelo enmarañado, su ropa sucia y desgarrada. Con la mirada perdida, camina sin rumbo, mientras los habitantes de la localidad peruana se mofan de él, le insultan, o peor, le ignoran. Por si no fuera poco, a Luciano le diagnosticaron desde hace tiempo esquizofrenia.
A sus 85 años, parecía que todo estaba perdido para él, que su existencia no le importaba a nadie, que su vida no tenía sentido. Condenado a ser ignorado de por vida.
Pero los milagros sí existen, y a veces está en nuestra mano llevarlos a cabo.
Tras años sin prestarle atención, un grupo de personas de la Unidad Vecinal San Martín y de la Iglesia evangélica "Los Peregrinos" se reunieron y tomaron una decisión: ese hombre necesitaba su ayuda, y ellos se la iban a dar.
Un buen fin de semana, llevaron al Loco Chumán a casa de uno de los fieles, donde, entre todos, le bañaron, le cortaron las uñas, y cambiaron sus ropas viejas por una muda nueva y limpia.
Luciano luce ahora completamente diferente, como una persona completamente nueva. ¡Su transformación es increíble!
Incluso tiene un nuevo brillo en la mirada.
Todas las personas de este mundo merecen una segunda oportunidad, y muchas veces sólo requiere un poco de nuestro tiempo y esfuerzo hacer felices a los demás. Esta comunidad es, desde luego, un gran ejemplo a seguir.
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