¿No les ha pasado que están felices con la vida pero viene una cebolla malvada a echarlo todo a perder y a hacernos llorar? Seguro que a la mayoría nos ha pasado.
Sucede que cuando picas una cebolla esta libera un gas llamado (prepárense para el nombre) sulfóxido de tiopropanal (C3H6OS). Cuando se mezclan ciertas enzimas de la cebolla se crea este gas sulfúrico que al entrar en contacto con la humedad de tus ojos crea un leve ácido que te los irrita.
Normalmente tu cuerpo envía una señal para que cierres los ojos, y por supuesto que no es una buena idea si estás picando la cebolla, no suceda que te cortes. La siguiente mejor idea que se le ocurre a tus ojos es lagrimear para protegerse.
Pasarse la mano para quitarse las lágrimas es una mala idea, ya que tus manos están llenas de ese jugo de cebolla que te hará llorar aun más. Lo mejor sería usar unos lentes de seguridad (¡que poco práctico!) o mejor aun, seguir estos consejos:
- Corta la cebolla bajo agua fría. Los compuestos volátiles sulfurados se liberarán pero reaccionarán con el agua en lugar de alcanzar tus ojos.
- Congela la cebolla durante unos 10 minutos antes de cortarla. Así la temperatura fría de la cebolla ralentizará la reacción que da lugar a esos compuestos sulfurados volátiles.
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