En los últimos años hemos sido testigos de un fenómeno mediático llamado ‘kinesiotaping’ o ‘kinesiotape’, inicialmente popular en deportistas profesionales, quienes con frecuencia
llevan unas bandas elásticas de colores pegadas al cuerpo, y que se ha ido extendiendo a atletas ocasionales e, incluso, ha llegado a las pasarelas de moda.El kinesiotape es un vendaje elástico, con una capacidad de elongación superior al 55% de su longitud inicial, compuesto fundamentalmente de algodón, resistente al agua y que puede alcanzar unos días de duración desde su aplicación. Se suele colocar sobre la musculatura partiendo de una posición de estiramiento.
Su función es ejercer una estimulación sobre los receptores cutáneos para generar una respuesta refleja a nivel espinal. Esta técnica se basa en la idea de que el movimiento habitual y la actividad muscular son imprescindibles para mantener o recuperar la salud de la zona dañada. Pero, ¿qué hay de verdad en esta técnica sobre la que algunos se posicionan a favor y otros en contra? Fernando Ramos, coordinador del servicio de fisioterapia del Hospital de quirónsalud en A Coruña, comenta que “el kinesiotape tiene sus claras indicaciones y no sirve para el tratamiento de todas las lesiones. Se ha cometido el error de presuponer que esto es así y su uso, en ocasiones, no es el adecuado”.
Las bases del ‘kinesiotape’ fueron sentadas en los años 70 del siglo pasado en Corea y Japón, y llegó a España en el año 2000. Pero no es hasta su aparición en los Juegos Olímpicos de 2008 cuando irrumpe en el deporte profesional como un fenómeno mediático, con la perspectiva de convertirse en una herramienta que permite a los lesionados jugar y a los sanos mejorar su rendimiento. Ramos nos aclara que “este tipo de vendaje no sustituye al tradicional, ya que tienen objetivos terapéuticos diferentes. Debe ser el especialista quien valore al paciente y decida cuál es el más conveniente”.
Son muchos los efectos fisiológicos que se le atribuyen desde las diferentes escuelas, pero los beneficios que realmente han sido contrastados son el alivio del dolor, la disminución de la limitación en el movimiento y la mejora de la circulación sanguínea y linfática.
Desde el punto de vista clínico, funciona porque modifica la respuesta muscular debido a un mecanismo de acción reflejo. No obstante, no se ha verificado la mejora del rendimiento físico muscular. Ramos subraya para concluir que “es importante que este tipo de técnica se aplique con precaución y siempre por profesionales con experiencia y cualificación”.
ARGUMENTOS A FAVOR DEL ‘KINESIOTAPE’
• Permite una mejora del rango de movimiento.
• Tiene un efecto de disminución del dolor al estimular los receptores cutáneos y, sobre todo, es muy útil en el dolor agudo.
• El efecto de elevación que produce el vendaje favorece el aumento del espacio subdérmico, mejorando la circulación sanguínea y linfática de la zona y, por tanto, liberando presión sobre terminaciones nerviosas, fuente de dolor en procesos inflamatorios.
• No tiene efectos secundarios.
• No entraña riesgos.
• Es resistente al agua, podemos ducharnos y nadar con él puesto.
• Permite dar continuidad al tratamiento en la consulta.
ARGUMENTOS EN CONTRA DEL ‘KINESIOTAPE’
• Falta de consenso en cuanto a la aplicación de esta técnica.
• Existen diferencias significativas con las características de las vendas, en su composición y elasticidad, lo que hace difícil objetivar los efectos del mismo dada la variabilidad del material empleado.
• Aunque hay evidencias de la mejora del dolor a corto plazo, esto no sucede a largo plazo.
• En cuanto a los efectos en el rendimiento deportivo, no afecta a la fuerza ni a la capacidad de contracción.
• No mejora el control postural en la inestabilidad en cuadros que cursen con inestabilidad articular, ni en procesos de lumbalgia.
• En cuanto a los colores del material, que se asocian a diferentes indicaciones, no existe evidencia científica de que influyan en el efecto del ‘kinesiotape’.
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