El cuerpo es sabio y de manera natural tiende a autocurarse. No obstante, en ocasiones, se ve sobrecargado por culpa de la alimentación, los malos hábitos, la contaminación, las emociones negativas, etc. Estos factores son cada vez más habituales y dificultan el funcionamiento equilibrado de nuestro organismo.
En este artículo te explicamos cuáles son las señales más habituales que nos da el cuerpo para que sepamos que tenemos una sobrecarga de toxinas y que debemos proponernos una depuración para evitar problemas de salud más graves o crónicos.
La digestión
Hay personas que pueden comer lo que quieran que, aparentemente, eso no les afecta negativamente a la salud. Sin embargo, lo más habitual es que, a partir de cierta edad, después de habernos sobrepasado, el cuerpo reaccione con problemas como flatulencias, acidez, digestiones pesadas, estreñimiento o diarreas, etc.
Si estamos atentos a nuestra digestión, esta señal no es algo negativo, a no ser que la ignoremos y sigamos alimentándonos de manera perjudicial.
Cuando sentimos que nuestra digestión está más débil de lo normal debemos darle un descanso temporalmente con alimentos más ligeros, cantidades más pequeñas y sin olvidarnos de masticar bien cada bocado.
El estado de ánimo
Cuando pasamos unos días o una temporada en la que nuestro estado de ánimo es bastante negativo no solemos pensar que pueda tener una relación con una sobrecarga de toxinas. No obstante, en algunos artículos ya hemos comentado que las emociones negativas recurrentes suelen afectar al hígado y a otros órganos dificultándoles sus funciones depurativas.
Si tus familiares o amigos, o incluso tú mismo, habéis notado que estás especialmente irritable, malhumorado, triste o desanimado deberías probar a hacer una depuración.
Seguro que la limpieza de toxinas repercutirá en tu salud global y te sentirás de mejor humor, más vital y con ganas de hacer cosas.
El aspecto del rostro
El rostro, dicen, es el espejo del alma. Podemos esconder las emociones detrás de una máscara sonriente, pero resulta más complicado disimular las ojeras, los párpados hinchados, la piel con impurezas o incluso las arrugas más visibles de lo normal.
Una dieta depurativa no te va a cambiar el rostro, pero sí que va a devolverle un aspecto más joven, con una piel más limpia y firme y una apariencia más luminosa y saludable.
El color amarillo
Es importante destacar que si nos miramos en el espejo y observamos que tenemos la piel de un color más amarillento de lo habitual, eso confirmaría que nuestro hígado necesita un poco de ayuda para depurar la sangre.
Este color amarillo también lo podemos ver, en algunos casos, en la esclerótica o parte blanca del ojo.
Las alergias
En las estaciones de entretiempo es habitual que muchas personas sufran alergias en mayor o menor medida. Aunque la medicina convencional propone tratamientos a base de antihistamínicos y otros medicamentos, debemos tener en cuenta que las alergias también son una señal del exceso de toxinas en el organismo.
Además, estas estaciones son el mejor momento para hacer una cura depurativa, ya que será mucho más efectiva.
La piel
Del mismo modo que el rostro puede mostrar impurezas, si aparecen problemas de piel de repente en alguna parte de nuestro cuerpo, es posible que nuestro organismo esté intentando eliminar el exceso de toxinas a través de los poros de la piel. A pesar de las molestias y las cuestiones estéticas, esto es una señal de que nuestro cuerpo funciona adecuadamente, lo cual no significa que no podamos eliminar esos problemas de piel temporales con una buena depuración.
¿Y qué depuración hacemos?
Hay muchos tipos de opciones para limpiar el organismo de toxinas pero es fundamental encontrar la que más se adapta a nuestras características. Lo ideal es que la hagamos bajo la supervisión de un terapeuta o nutricionista habitual, en especial, si padecemos algún problema de salud o tomamos medicación.
Destacamos algunas curas depurativas saludables y efectivas que podemos realizar, como mínimo, una vez al año:
- La antigua cura tibetana del ajo.
- Batidos, caldos y jugos vegetales con propiedades desintoxicantes.
- Infusiones de plantas medicinales curativas.
- Curas depurativas con limón.
- Ayunos o semiayunos puntuales y controlados.
- Suplementos a base de espirulina, clorela, etc.
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